viernes, febrero 23, 2007

Querido amigo:


Paysandú, feb. 21 de 2007



Al Señor

José Pedro Aresi

Presente



Querido amigo: En diciembre del 2006 la infatigable
Martina –
poetisa a ratos perdidos- concluyó, también, con un año aciago
para sus intentos antropológicos y de jurista. No hablemos,
tampoco, de sus fracasos como experta en análisis fotográficos.

En efecto, durante el año pasado, quedó al descubierto
su mendacidad y mala fé, con sonoros papelones que creíamos,
sinceramente, habían aplacado sus arrestos farzescos.

Sin embargo, estábamos equivocados, estimado amigo.
Se ve que recobró ánimos, quisas repasando los clásicos
del disparate de Tacuarenbo y arremetió desde “Búsqueda”
del 15 del corriente contra una fijación permanente -
“el infalible Sr. Esteban”- que tiene la saludable costumbre
de ignorarla.

Como es habitual, su fuerte es la fotografía,
a veces con el auxilio del eminente Lic. Solla y,
últimamente, con un tal Alexander.
Esta vez decidió no consultarlos y se descolgó
con dos perlas de su basto mentidero.

Ha descubierto que Bertha “ni siquiera aparece
en la fotografía que el cantor se tomó con los familiares
de su madre adoptiva en Albi, a pesar de que estaba presente”. (1)

Seguramente Doña Bertha estaba detrás de las cámaras gritando:
¡whisky¡ o manipulando la Kodak.

Lamentablemente para la célebre embustera la fotografía fue tomada en

Toulouse, entre abril y mayo de 1932, durante una visita que Gardel realiza,

solo, a sus familiares. (2) y donde le escribe a su apoderado: “Decile a mi

mamá que el jueves comimos con mi tío y mi tía y que sacamos unas

fotografías que se las mandaré pronto” (DEFINO, obr. sit. Pag. 83).

Querido Pedro, si ud. me permite no lo voy a atosigar con otros temas y

sí prefiere seguimos con la experta en perder por goleada.

Siempre manejando un lenguaje anfibológico, heredado de su maestro

Bayardo -“personalidad de jerarquía” mistonga - y apelando a sesudas e

incontrastables referencias, sentencia: “SE DICE que la foto de Gardel con

una foto de Bertha ( no con Bertha – aclara - ) fue trucada ¿Dónde está el

original? ¿Se ha hecho un peritaje que pruebe su autenticidad?”, truena..

No sabemos si está solfeando o lo dice en serio. De cualquier manera la

desfachatez va unida a su habitual ininputabilidad.

Cualquiera que ha visto la foto de Gardel en el Hotel Middletowm en

N.Y. acodado en una estufa, contemplando sugestivamente el retrato de su

madre, sabe que la misma puede consultarse en los archivos de La Nación,

del 17 de junio de 1934 y fue tomada por el conocido cronista Roberto Socas.

Querido amigo no se asombre. Basta un botón de muestra para inferir la

“seriedad” con que aborda los demás “aportes” en que pretende rebatir al

indiferente amigo argentino.

Pero no nos apuremos. Parece que, por fin, se ha cansado de cuestionar

las abrumadoras pruebas judiciales y de otra índole y esta dispuesta a que

“sean las pruebas aportadas (?) las que irán determinando la verdadera

historia de Gardel “….

Saludemos el acontecimiento inesperado, que hasta ahora, no había pasado

de “indicios de convicción”.

Hace mas de 70 años que la justicia está en disposición de que se

animen a presentarlas, a fin de revisar los tres fallos judiciales que les

fueron adversos.

Estamos curiosos de que prueben con “ la información documentada

existente “

( SIC) - transcribimos textualmente a Martina - “ la frecuente

falibilidad “ de la justicia y “ Los habituales errores en qué incurren

los funcionarios” .

Si se entiende bien vivimos desde siempre en un caos institucional,

donde ha naufragado el Estado de Derecho, y todo es posible. No hay ninguna

sentencia o comprobación opuesta, cuya validez quede firme o probada de modo

suficiente para generar una convicción completa, salvo la que ella fabula.

Pretende introducirnos en el reino de la incertidumbre para todo lo que

la desmiente. Su negocio consiste en sobrevivir frente a las evidencias.

La comedia debe continuar.

Pera la estratagema es conocida.

Cuando puede, miente a sabiendas: caso de las fotografías. Cuando están

de por medio los fallos judiciales, o un documento irrebatible, que supera

su mala fe, recurre a descalificar al mismo o al estado de Derecho, con su

proverbial ligereza.

Ya no sirven los aprontes y los amagues desbordados de retórica. Todo

tiene su punto final. Nosotros nos basamos en las Sentencias Judiciales y a

ellas nos remitimos.

La “investigadora”, en cambio, rejurgita a “Ablis” y Bayardo devaluados

personajes de historieta.

Si el testamento ológrafo y la sentencia - tal como delira - “no fija

identidad, es dudosa, o hubo sustitución de persona”, le recomiendo que no

se eternice en las vecindades del escandalete o el infundio.

Dada la gravedad de los cargos, concurra pues, con las pruebas que

avalan los cargos que formula, a los estrados de la Justicia, pidiendo su

anulación. Insista apelando ante los tribunales de Segunda Instancia y ante

la Corte Suprema pero no espere nuestra respuesta, pretendiendo

involucrarnos en el juego de La Buena Pipa. A ese entretenimiento

irresponsable, no nos prestamos.

En otro orden de consideraciones el Parlamento Uruguayo, recibirá con

alivio y alborozo que Martina haya conseguido aclarar, por fin, lo que ellos

no lograron.

“ De modo oficial - anticipó el Parlamento en 1996 – el sitio de

nacimiento del gran cantor no esta todavía esclarecido aunque obviamente el

orgullo nacional ganara significativamente el día que tal hecho quede

probado definitivamente “.

En febrero de 1999 el Diputado Agapo Palomeque y en el año 2003 el

Diputado Arturo Heber, ambos convencidos que “ apenas se maneja una

hipótesis “ elevaron al Poder Ejecutivo el pedido de ADN para que sea

presentado ante las Autoridades Argentinas.

Desde entonces han pasado ocho largos años y, por alguna misteriosa

razón la solicitud duerme en el Ejecutivo “ el sueño de los justos “ .

La Sra. Martina Iñiguez y los suyos tienen entonces dos ímprobas tareas,

antes que distraerse en vaguedades dialécticas, tratando de polemizar con su

peor enemigo: La indiferencia.

Desde luego el pedido de ADN revela que es el último recurso extremo,

ante la falta de otras pruebas convincentes que modifiquen la contundencia

de los fallos adversos.

Porque, a parte del certificado de Nacionalidad apócrifo y la carencia

absoluta de evidencias, alguien la motiva a Martina para que siga

exigiendo, pruebas sobre pruebas, en un juego distractívo de nunca acabar,

que ya a nadie convoca.

Mientras tanto, mantiene su plena lozanía el fallo inapelado de

Montevideo del 14 de abril de 1937. Marie Berthe Gardes fué declarada

heredera universal de su hijo Carlos Gardel o Charles Romuald Gardes,

nacido el 11 de diciembre de 1890 en Toulouse, Francia

( Carátula N.2908 del Expediente sucesorio, R.O.U. ).





Un Abrazo

Enrique Gómez Carletti

Cerrito s.n., Paysandú R.O.U.





(1) No se sabe porqué Gardel excluye a Bertha y se fotografía con el

hermano y la cuñada. ¿ Lo podrá explicar Martina ?

(2) M.A. Morena, obr. cit. Pag. 169



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